Ved, esta es mi sangre (o la Pasión según D.N.N.)
Palabras clave:
Nebreda, arte, pasiónResumen
Uno de los autorretratos fotográficos de David Nebreda nos muestra su Rostro cubierto de excrementos. Su cuerpo queda fuera de campo, sólo aparece la cabeza, que parece emerger de un amasijo de heces dispuestas delante de ella. Ninguno de los rasgos de su rostro es visible: apenas se entrevén cabellos, una oreja, una rendija entreabierta que podría ser una boca, esbozo mudo de un grito –pero sus ojos desaparecen completamente bajo la espesa capa de materia que los embadurna. Rostro sin mirada, que se ha fotografiado a ciegas, rostro de un hombre que no puede mirarse, que prefiere, antes que sostener su propia mirada, transformarse en un montón de excrementos. ¿De dónde viene que, superando mi náusea, me vuelva hacia esa cara desfigurada? ¿Por qué tengo la impresión de que ese rostro sin ojos, ese rostro-desecho, me mira?, ¿y que todo lo que hace Nebreda, sus fotos, sus dibujos, sus escritos, me concierne íntimamente, me atañe en lo más profundo –que todo eso nos incumbe/mira?