Más allá de la fiebre: el verdadero impacto del Dengue
Palabras clave:
dengue, inflamación, diabetes, hipertensión, obesidadResumen
La incidencia de casos de dengue en México durante el año 2024 reportó un total de 125,160 personas afectadas, de las cuales el 45% correspondieron a casos complicados.
Se sabe que enfermedades inflamatorias como la diabetes, hipertensión u obesidad crean un entorno favorable para la replicación viral. En este contexto, el arbovirus, principal agente causal del dengue, representa una de las enfermedades febriles transmitidas por mosquitos más importantes y de más rápido crecimiento en el mundo.
La transmisión ocurre cuando el mosquito hembra adquiere el virus al alimentarse de la sangre de un vector previamente infectado.
Este microorganismo posee diversos mecanismos para evadir al sistema inmunológico, desde su entrada por la piel hasta la apropiación de la maquinaria de replicación de las células residentes del tejido. A medida que la carga viral aumenta, el sistema inmune se activa, estimulando la liberación de mediadores inflamatorios que reclutan más células para intentar controlar la infección.
Sin embargo, esta intensa reacción inflamatoria puede dañar el endotelio, lo que contribuye a una mayor fuga de plasma, una de las complicaciones más graves del dengue.
Cuando el sistema de defensa del cuerpo se encuentra “dormido” o comprometido por una enfermedad preexistente, y se combina con una fuerte señalización inflamatoria, se genera el escenario ideal para desarrollar dengue con síntomas severos, formando parte del grupo de alto riesgo.